¿Me quieres para tu empresa? Primero dime cuántos empleados felices tienes

Por: Iván Jiménez

@Ivanni_Simons

Estoy viviendo la aventura de hacer una startup, por eso no acepto trabajo. He recibido varias ofertas de trabajo gracias a LinkedIn, en las cuales les he comentado esta situación y me han pedido que recomiende a mis conocidos. No puedo recomendarte si no te conozco, no me sería ético, lo siento.
Pero si tú, empresa o reclutador@ que me estás leyendo, quisieras contratarme, esto es lo que estoy pidiendo y lo que me compone:

 
– Trabajo por objetivos (si no tengo algo que hacer, no me pidas calentar la silla ni me pidas me invente trabajo)
– Soy auto-dirigido, sé que hacer y mientras me digas “qué” hacer, yo me encargo del “cómo”. Te sorprenderé con mis ideas y planes para ayudarte
– No me mandes mails fuera del horario de trabajo esperando te responda. Mi tiempo es sagrado
– Dame un espacio abierto de trabajo y dame la posibilidad de trabajar desde casa, una cafetería o desde otra Ciudad o país
– No me des trabajo “paja” ni me pongas a jugar el papel de 3 personas para ahorrarte dinero
– Si no me vas a motivar, lo menos que deberías hacer es desmotivarme
– Quiero que si no vas a invertir en mejorar mis capacidades, me dejes a mi invertir en mí y tomar cursos cuando yo así los quiera, necesite y pueda pagar
– Tengo días buenos y malos. Soy un ser emocional y no debes esperar que sea 100% productivo todos los días. Haré lo posible por dar mi mejor cara aunque tenga cosas que me estén afectando y tendrás de mi toda disponibilidad mientras me tengas en tu proyecto
– Mi vida es mucho más que el trabajo. Tengo familia, amigos, cursos y otras cosas que hago para mantenerme vigente en este mundo tan competido
– Escucha mis ideas, pero no solo las oigas y las tires por la ventana. No te pido cambies en todo lo que te digo, pero verás que muchas de estas ideas o sugerencias no son tan descabelladas ni cuestan miles de pesos de hacer realidad
– No me establezcas un horario de 9 a “hasta que sea necesario” o de lo contrario te pediré vacaciones “desde mañana y hasta que sea necesario” esperando la misma reciprocidad
– No esperes que me disfrace con traje y corbata para estar haciendo el trabajo intelectual que estoy capacitado y que amo. Dame libertad de vestirme cómodo y, si hay que ver a un cliente importante, me pondré con un estilo menos informal (insisto, no en traje)
– No me engañes diciendo que vas a cumplir todo esto para hacerme firmar contrato, y a los 3 meses se caiga el teatro. Vas a perder tu tiempo y dinero, a mi no me va a pasar algo. Te lo aseguro
– Si tengo un compromiso entre semana, y no afecta algún compromiso o reunión REALMENTE importante al interior de la empresa, te pido me dejes asistir a este compromiso (casi todos ellos serán charlas, talleres y cursos que me dejen seguirme preparando) o algún tema familiar o Dios no lo quiera, una urgencia.
– Y por ultimo, quiero que tengas un tabulador donde me pagues por lo que sé y no por si soy amigo de alguien “bien ubicado en la organización jerárquica” ahí adentro. Y quiero evalúes mi desempeño constantemente para que en base a esto ajustes mis remuneraciones.
– Me gusta ser amigo de mis colaboradores y clientes. Pero no confundas amistad con abuso
– Dame tiempo al interior para la empresa para innovar y trabajar en algún proyecto personal. No diario. No una hora al día, pero un día al mes no me caería nada mal.
Empresa, reclutador@. ¿Crees que esto es imposible? ¿Crees que pido demasiado?
Tengo ejemplos de empresas nacionales (orgullosamente mexicanas) e internacionales que funcionan con esta filosofía. Y que no precisamente tienen cientos de empleados ni cotizan en la bolsa.

¿No puedes ofrecerme todo esto? Entonces, yo te ofrezco ayudarte a que transformes tus prácticas para que empieces a ofrecerlo porque, si no lo haces, te vas a quedar sin gente joven trabajando para tu empresa. La transformación no va a ser fácil ni rápida, pero rendirá frutos. Lo hago por mi y por los millones de jóvenes talentos que quieren un verdadero gran lugar para trabajar.
Los millenials (y la generación Alpha) tenemos esta forma de trabajo como parte de nosotros, de nuestras razones para trabajar para una empresa. Está como parte de nuestro ADN.

¿No lo crees? Tus encuestas de clima laboral (si es que las haces) puede ser que reflejen puramente síndrome de Estocolmo tratado con píldoras psicológicas. Te invito a que escuches lo que dicen por detrás de tu empresa.

Y no tengo nada en contra de las empresas, no soy el anti-empresario ni el “semi-Dios-agente-de-cambio-profético”.
Soy una persona que quiere ayudarte y ayudarle a México a ver las tendencias y lo que va a marcar la diferencia entre una empresa con colaboradores felices y una empresa con empleados robot (prosperidad vs. austeridad).

Despierta a la era del conocimiento. A la era del Management 3.0. A la era donde si no cambias, innovas y mantienes a tu gente feliz, te vamos a recordar (ojalá cariñosamente).