La inteligencia emocional en los equipos ágiles

Nos hemos desarrollado en una era de especialización y papeles que hablan de nuestros conocimientos en el ámbito profesional y todo ello es fantástico, pero no es el IQ el protagonista de esta historia sino el EQ (también conocido como Cociente Intelectual) quien cada vez es mejor conocido por los colegas de profesión.

Breve historia del EQ

Desde 1920 se comenzó a escuchar el término de inteligencia social el cuál describía la habilidad de entender y motivar a las personas, unos años más tarde se percataron que existían ciertos factores que ejercían influencia sobre el comportamiento inteligente y con ello inició la búsqueda de las piezas del rompecabezas. Conceptos como “inteligencias múltiples” y “estudio de las emociones” empezaron a tomar fuerza en los años 80, sin embargo, fue el trabajo escrito de Daniel Goleman que en el 95 impulsó el término de “inteligencia emocional” (usado anteriormente sin mayor relevancia) donde abordó temas sobre la capacidad de motivarnos a nosotros mismos hasta nuestra capacidad de confiar en los demás.

El papel de la inteligencia emocional en los equipos.

Los equipos son una incubadora de emociones y las situaciones emocionales son el detonante más grande en los seres humanos. Ahora sabemos que las emociones importan ya que, generamos respuestas emocionales cuando nos encontramos frente a un equipo que nos puede hacer sentir con una profunda conexión y sentido de pertenencia o generar sentimientos de gran frustración, y son estas las emociones que determinaran el desempeño de un equipo.

Con el tiempo tendemos a manifestar diferentes emociones dentro de los equipos que son, en su mejor expresión, la fuente para incrementar la colaboración, desarrollar apegos, desarrollar nuestra disposición para escuchar y compartir nuestras mejores ideas.

En torno a lo que hemos aprendido de Goleman, la inteligencia emocional involucra competencias específicas que abarcan cuatro áreas de habilidad personal, ellas son:

  • Conciencia de sí mismo. Se refiere al conocimiento de nuestros estados internos, nuestras preferencias y recursos, de escuchar nuestra intuición. El estado de autoconciencia genera en las personas un estado de confianza en sí mismas; conocer nuestras capacidades y limites nos permite comunicarlas al equipo y buscar alternativas para el éxito.
  • Autogestión. Se refiere a la gestión de nuestros estados internos e impulsos. ¿Un líder que “explota” a la menor provocación? ¡Ni pensarlo! El manejo de nuestras emociones nos permite generar mejores relaciones de equipo.
  • Empatía y conciencia social. Se refiere a la forma en que manejamos las relaciones con otras personas y el grado de conciencia de sus sentimientos, necesidades y preocupaciones. Tomar en consideración los puntos de vista de los demás (equipo y clientes) y mostrar genuina atención en sus intereses y preocupaciones es tarea de todos los días en la dinámica de los equipos ágiles.
  • Gestión de relaciones. Se refiere a la habilidad para inducir respuestas deseables en otros. Dentro de los aspectos más relevantes en este ámbito se encuentra el interés en el desarrollo de habilidades del equipo, inspirar y motivar al grupo, la habilidad de negociación y resolución de conflictos, el trabajo en equipo y la colaboración para alcanzar objetivos colectivos.

Todos los equipos pueden desarrollar la inteligencia emocional a través de coaching a fin de alcanzar no solo éxito en la implementación de agilidad, sino un verdadero cambio humano.

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