Los retos de la Agilidad en México ¿moda o necesidad?

Por: Iván Jiménez

@Ivanni_Simons

La agilidad es una disciplina para hacer proyectos valiosos con equipos motivados y felices. Es un beneficio que les puede ayudar a las personas a mejorar su forma de trabajo y a tener equipos de alto desempeño.

A las empresas les ayuda a mantenerse competitivas, maximizar la cantidad de proyectos exitosos y mantener al personal que la compone en un entorno de competencia sana, camaradería, innovación y cordialidad.

En esta ocasión les quiero hacer un listado de algunos los retos de las prácticas ágiles en México

1.- Capacítalos a todos para que seamos ágiles todos

Es curioso ver cómo cada vez más las empresas están buscando capacitar a sus personas en el uso de Scrum (en entradas anteriores he resaltado que Scrum es solo una pequeña partecita de la Agilidad, pero hay muchas cosas más que solo Scrum). Esto es un primer paso, pero solo lo primero.

No se puede esperar que un grupo de entusiastas puedan transformar de forma ágil a una empresa con solo una capacitación. Tener el conocimiento de Scrum les va a ayudar a nivel proyectos, pero se requiere algo más para que estos beneficios suban a nivel empresa.

Para lograr una transformación ágil se requiere coaching dedicado, para que paso a paso se vayan adaptando los diversos proyectos, áreas y unidades de la empresa a que asimilen la agilidad a nivel ADN. Y esto va a tomar meses, incluso AÑOS para que rinda frutos.

2.- No hay tiempo, estamos todos demasiado ocupados

Se espera que los equipos ágiles hagan magia en poco tiempo. Y dobleteando rol, de tal forma que tengan unos 20 minutos al día para jugar el rol de Agile Coach / Product Owner / Scrum Master o el que sea.

Hacer agilidad es un trabajo de tiempo completo, no algo que se deba hacer solo en los ratos libres. Y tampoco se trata de saturar a los equipos con cargas de proyectos ágiles y no ágiles (o puros ágiles).

Se debe invertir el tiempo necesario de las personas para que esto pueda funcionar. O de lo contrario se va a estar trabajando a medias tintas que es lo mismo que nada.

Y peor aún, cuando tenemos a la misma persona jugando el rol de product owner, scrum master y de pilón tester (cualquier parecido con la realidad es mera barbaridad)

3.- Product Owner ¿qué es eso?

El curso “favorito” y el popular es el de Scrum Master. El Product Owner, a mi punto de vista, es el rol más importante y el que cuenta con más herramientas y técnicas para hacer su trabajo (user story mapping, design thinking, los canvas del business model / lean model, entre otras).

El Product Owner es un rol que debe ser jugado por una sola persona y debe estar dedicado a que, junto con su equipo de proyecto, se trabaje en hacer el Producto Adecuado. El producto exitoso.

Se debe resaltar y respetar la importancia de este rol. Ya que sin esta persona es muy probable que a pesar que se estén haciendo sprints y entregas de valor el proyecto al final no sea el adecuado.

4.- Scrum es solo para desarrollo de software

Regreso nuevamente al tema de Scrum (el favorito). Si en tu empresa no desarrollan software, no es necesario que apliques todo lo que Scrum recomienda. Aunque, si tienen área de sistemas, esto bien les puede funcionar.

Puedes solo ocupar algunas prácticas ágiles, como la retrospectiva y la reunión diaria de estatus (de hecho, aunque no estés haciendo nadita de agilidad, estas dos reuniones son una belleza).

Existen otros frameworks ágiles como Kanban que puedes usar para otros departamentos de la empresa, como lo es infraestructura, soporte, calidad, entre otras.

Y hay más prácticas y disciplinas que puedes usar, tales como Lean Startup, Design Thinking, Management 3.0. En realidad, puedes tomar lo mejor de cada mundo y aplicarlo a tus proyectos (y a tu vida, que es lo más hermoso de todo esto… la agilidad está en ti, en quien eres y en lo que haces por lo que esto te va a servir para proyectos personales, profesionales, familiares).

5.- Me tengo que traer al rockstar extranjero para que nos enseñe Agilidad. Ellos son los buenos.

A pesar que otros países tienen algo más avanzado el tema de la agilidad, en México existimos entusiastas que realmente somos evangelistas y practicamos la agilidad. Por lo que no es necesario que te traigas al rockstar que te va a cobrar como si estuvieras importando a Mick Jagger para que te hable de lo genial que es (checa en las comunidades de práctica de Agilidad que hay en Ciudad de México y otros estados para que conozcas a los amigables agilistas nacionales) (¿Ya te dije que Agile Nights es una comunidad fabulosa? En caso que no, verdaderamente es fabulosa).

Dejemos de adorar a ídolos extranjeros (esto nos encanta, ¿a poco no?) y busquemos en lo local. Y nuevamente, para no herir susceptibilidades: no tengo nada en contra de mis amigos agilistas de otras partes del mundo, reconozco que hay agilistas muy talentosos en países de América Latina, América del Norte y Europa. Pero busquemos primero ver si hay comida en casa, antes de mandar pedir al restaurante.

Evaluar siempre la calidad y contenidos. El costo es también importante pero no lo es todo.

6.- Si no estás certificado por la institución “XYZ”, tu certificación no vale.

Patrañas. En mi experiencia y en los puestos a los que he aspirado y me he entrevistado, JAMÁS me han frenado por no estar certificado con alguno de los organismos más populares del mundo. Y de mis contactos no he escuchado alguien que haya sido discriminado o no lo hayan contratado por decir que no estaba con la empresa XYZ.

Las instituciones de entrenamiento en Agilidad (SCRUMstudy, Scrum Alliance, Scrum.org) son entidades que avalan que tomaste un curso y/o te certificaste en agilidad. Discriminar por elegir una institución u otra es como decir que son mejores los profesionistas que salen de universidades privadas que las que estudiaron en universidades públicas, o inclusive que de universidad X es mejor que universidad Y. La escuela no hace al alumno.

Un certificado sigue siendo forma de demostrar que tienes los conocimientos. Pero a veces es solo un papel vacío. El certificado no hace al entusiasta, pero le ayuda a venderse mejor.

7.- Activen la modalidad fast-track para la agilidad

La frase lo dice todo. Para que una transformación ágil funcione (y perdure, que no se pierda cuando se vaya “el único gerente que la apoya”) se necesita tiempo y participación de todos (en un ritmo sostenido, no solo al principio y al final). Desde las personas que están en las trincheras de los proyectos hasta aquellos que están en lo más alto del organigrama deben participar y apoyar en el cambio.

8.- Con un correo basta para anunciar la transición a Agile

La implementación de una transformación ágil se debe gestionar como un proyecto de cambio. Se debe hacer paso a paso, involucrando a un equipo de cambio, comunicando a la empresa los avances y teniendo claro el panorama.

9.- Mi proveedor no le hace a esto

Existen proveedores de servicios y consultoría que no están interesados en la agilidad. Y no lo van a hacer, puesto que son los únicos que tienen en el mercado el producto/servicio <inserte nombre aquí>.

Por ello trabajar con estos es muy difícil ya que se mantienen con una forma de trabajo lineal y que no están dispuestos a cambiar a esto de la agilidad. Y como es un monopolio lo que hacen, toca trabajar a su ritmo y reglas. Pésimo…. Toda una dictadura del caos y de la mediocridad.

10.- Ya hacemos Agile desde hace 2 años…

… peeero no tenemos product owner, ni scrum master, ni entregas de valor. Entonces no estás haciendo, estás creyendo que haces agilidad. Estas jugando una obra de teatro.

 

Estos son algunos anti-patrones y malas prácticas. Espero no sea el caso que estés en alguna de estas, y ten cuidado si ves algo así en tus proyectos u organización.

Necesitamos que cada vez más personas y empresas usen y vivan la agilidad. Es una experiencia completamente reveladora (de lo malo y de lo bueno) y los cambios derivados de esto en muchas de las ocasiones son mucho muy fortuitos.

¿Y tú? Respecto a la agilidad ¿la haces o te haces?