Por: @Ivanni_Simons
La guerra de las empresas de capacitación se convierte en un océano rojo, donde todos tiran la mordida a matar a la competencia, le logran arrancar un pedazo o de plano les dejan una herida a muerte. Conozco el mercado, las ofertas de mis competidores y en realidad no he logrado encontrar alguien que tenga la pasión que nosotros tenemos por lo que hacemos.
Y no cabe duda que existen las empresas que te venden cualquier cosa.
¿Quieres desarrolladores Java? Tengo los mejores
¿Quieres administradores de base de datos? Somos los “expertos”
¿Quieres alguien que haga jugos y al mismo tiempo toque el Ukulele con los pies? Tienes suerte, me acaba de llegar uno.
¿Quieres cursos de Java? Te vendo el track completo complementado con dos metodologías que no te van a servir, pero como ya te enganché pues, ahí te van
¿Les suena familiar? Bueno, ¿qué hay detrás de todo esto?
- Gente que no cumple con el perfil que el cliente quiere pero de todos modos se lo “enjaretan”
- Sueldos miserables
- Te asigno al cliente y pues mucha suerte. El cliente manda, si te dice “haz 10 lagartijas” tienes que hacerlas, calladito y de buen modo
Una empresa con un edificio grandote, tarjetas de presentación coloridas y un vendedor de sonrisa de película no dice nada. Es como cuando vas de vacaciones, no conoces muy bien el lugar y quieres comer algo verdaderamente bueno; pides recomendaciones de un restaurante y te recomiendan el más caro, vas para allá esperando que sea el mejor… pero en realidad tu experiencia ahí es mediocre (no aplica para todos los lugares, pero me han tocado muy malas experiencias similares).
Tenemos que retar a las empresas y a los proveedores a que nos den buenas experiencias… a que no nos mientan por hacer negocio. Es feo quedar mal con los clientes a base de mentiras y falsas promesas.
¿Donde queda la experiencia de las personas? Repudio a las empresas de consultoría que ven a la gente como seres explotables generadores de dinero. E insisto, no generalizo pero tengo (todos tenemos) ejemplos de empresas donde trabajar ahí es una tortura.
Respecto a servicios de capacitación, los invito a que antes de dejarse endulzar el oido por un vendedor, se den la tarea de conocer al proveedor: ir a sus oficinas y/o reunirse con las personas que integran al equipo, buscar recomendaciones de ellos en redes sociales, con gente que haya tomado cursos con ellos. Mira su página web, mira su Facebook, mira sus aportaciones sociales. En esta era donde todos estamos conectados y donde la información esta disponible para todos, es fácil encontrar lo bueno y malo de las empresas de capacitación.
Es fácil juzgar a un libro por su portada. Y aunque esta portada sea dorada con papel reciclado, el favorito de Mick Jagger, el contenido puede ser mediocre. Lee sus reseñas, lee las primeras dos páginas. Evalúa objetivamente, te mereces las mejores experiencias.
Entonces, dime, ¿me das una recomendación de restaurante, por favor?